jueves, 29 de abril de 2010

CUATRO NEGRAS



Cuatro negras reúne a cuatro maestros del relato y cuatro excelentes obras entre el terror y la serie negra. Fernando Savater abre el libro con su desasosegante Habitaciones individuales, en la que los miedos cotidianos y lo oculto que hay a nuestro alrededor toman protagonismo. Horacio Vázquez Rial presenta una joya del realismo mágico en  La Golem, con un curandero que puede sacar de nosotros lo más terrible que, sin saberlo, escondemos. Miguel Ángel de Rus, con su extraordinario Los últimos días, un café, un diario, sombras presenta la cara más oculta y terrible de una sociedad supuestamente humana y cierra el libro José Enrique Canabal, con Un grito en la niebla, opresivo relato en que el terror planteado estremece: ¿Qué sería de nuestra vida si el doctor que nos cuida fura en verdad un asesino? Tras la realidad apacible están los monstruos que un día toman protagonismo en los medios de comunicación o en nuestra propia vida. Al leer Cuatro negras no olvide mirar si hay alguien tras su espalda.

El relato propuesto por Fernando Savater es terror en estado puro, en una conversación de amigos, en lo cotidiano. Savater reconoce que de su obra breve, Habitaciones individuales es uno de sus dos relatos favoritos. En él, se puede sentir la terrible sensación de estar en casa leyendo un libro, junto a la chimenea, y al acariciar la cabeza de tu perro, recordar de un modo brusco, que no tienes perro.

Horacio Vázquez Rial hace en El Golem  una propuesta de literatura negra, en un entorno rural casi mágico, con un hombre santo como protagonista, con diálogos tan ágiles como impactantes de personas que –quizá- han perdido el alma, si es que alguna vez tuvieron, y la presencia maligna e irónica de la muerte.

Miguel Ángel de Rus nos presenta a un hombre que ha sido capaz de enfrentarse y vencer a una de las mafias que existen a nuestro alrededor. Ese hombre ha huido a una pueblo perdido para salvar la vida, pero flota una pregunta: ¿Se tiene algún momento de descanso antes de encontrar a tu ejecutor? ¿La muerte tiene alguna salida?

Por último, José Enrique Canabal nos ofrece una muestra de terror psicológico, las andanzas de un hombre aparentemente sano, como cualquiera de nosotros, capaz de cometer las mayores aberraciones sin hacer una mueca. ¿Y si esta persona tiene el poder sobre nuestras vidas?

Son cuatro propuestas desasosegantes, terribles, negras, que nos recuerdan que el infierno está ahí fuera, tras la puerta que vamos a cruzar.

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