jueves, 29 de marzo de 2012

Luna de hojas muertas, novela de José Enrique Canabal

Entre el thriller psicológico y los relatos de género negro habría que situar esta novela de Canabal. Aunque al margen de etiquetas lo que contiene es una historia ambigua sobre el protagonismo del dinero y la búsqueda del placer en la vida de unos personajes que quieren ser reflejo de la complejidad de la mente humana. Y lo son, pero más que de esa complejidad trata de la turbiedad de sus resortes, pues forman parte de un sofisticado enredo en el que las disquisiciones psicológicas priman sobre una trama que desatiende acción y suspense desajustando su móvil por servir a un discurso sobre los fundamentos de la psiquiatría para justificar el desatino de un cuadro poco creíble.O lo que es lo mismo, leemos una novela que quiere responder a tantos frentes de interés que pierde de vista uno fundamental: el de los fueros de la ficción. A pesar de todo, merece la pena destacar el enorme esfuerzo de documentación sobre cuadros clínicos y patológicos en una trama múltiple que combina extraños y numerosos asesinatos, en el escenario de un hospital psiquiátrico madrileño; de ahí la idea de combinarlos con un argumento asentado sobre una trabajada composición estructural para dejar que unos y otros -psiquiatras, jueces y pacientes- intervengan a través de monólogos, diálogos y conciencias que fluyen sin la mano de un narrador que los gobierne. Y de ahí que la intriga se diluya; que tanto exceso enturbie un trabajo interesante pero poco logrado en el doble objetivo de inquietar y entretener al que debe aspirar esta clase de novelas.
PILAR CASTRO, EL CULTURAL, EL MUNDO, Egatorre.

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